CENTRO CULTURAL SAN FRANCISCO SOLANO

EN LA ERA DEL ESTRAPERLO

Era en la era del estraperlo

Después de aquella guerra

Que, entre energúmenos hermanos

Quisieron derramar su sangre

Consiguiendo la victoria

Un dictador enano.

-Te he de advertir, madre

Que, por dinero

Mi sexo no lo mancha

Ningún putero.

-Cundo paseo las calles

Y se cruzan conmigo las gentes

Algún señor me hace señas

Se abre la gabardina

Y me enseña su tontón colgante.

Luego me dice

Que vaya a su casa

Enseñándome un sobre

Con muchos billetes

Que serán falsos, de seguro

Para dárselos a mi madre

Y no pasar hambre.

-Una joven amiga mía

 Que ya tira a puta

Me dice que ella

Quedó admirada, cierto día

Contemplando el tontón

De un hombre pelotudo

Pues su capullo se parecía

A la cabeza de un santo pelón

De esos que se veneran

En las cartujas o en las ermitas.

-Cierto día, en mi habitación

Ocurrió un milagro

Con un pene consolador

Que compré en San Juan de Luz

Al sur de Francia

Porque en España estaban prohibidos.

Una noche le hablé

Enseñándole la urna

Que era para él:

-Consolador bendito

Entra pronto en tu urna.

Yo soy tu salvación.

Pero él no entró.

No sólo no entró

Sino que se convirtió en gurriato

Escapando por la ventana

Sin dejarme un solo huevo.

-Madre, por cojones

O por ovarios

A monja me meto yo.

Monja de la Concepción seré

Y cualquier santo sin pelo

Será  mi amor.

Las puertas de su urna se cerraron.

Las puertas del convento se abrieron.

Sobre el poyete de la entrada

Un gurriato revoloteaba

Después de intentar

Saltar la tapia

Escapando de allí

Cuando un perro le ladró.



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