MORIRSE DE RISA
En Cuéllar, de Segovia
Un novio mató a su novia
Por la flor de la canela.
No la mató por amor
Como él declaró a la Justicia
Sino porque era un asesino
De tomo y lomo
Desde su nacimiento
Bautizado en el Santuario
Virgen de la Fuencisla.
Como cualquier asesino
Era celoso y presumido.
En el baile de las fiestas
Si él marchaba a defecar
Y algún asistente
La invitaba a bailar
Al regresar del servicio
Se acercaba a él
Y, cogiéndole del cuello, le decía:
-Hijo puta, me las tienes que pagar
Te he de cortar la cabeza
O tu miembro principal.
Cuando terminaba la fiesta
Él, siempre, a su novia prometía:
-Mañana nos casamos
En el Santuario de El Henar.
Respondiéndole ella:
-No lo dejemos para otro día.
-Pero, antes de casarnos
Lo tenemos que catar ¿no?
Le dijo él a ella.
-Pues claro. Entre pinares del Henar
Le contestó ella.
Era ya de atardecida
Cuando mucha gente
Que salía del Santuario hacia Cuéllar
Oye un grito profundo
Parándose a escuchar:
-Tú te vas y yo me quedo
Yo me quedo y tú te vas
Dentro de poco tiempo, por puta
En mi compañía no vas a estar.
Un grupo de gente fue hacia el sitio
Donde estaba la pareja
Quedándose horrorizados al ver
Que el joven criminal
Con cara de hombre lobo
Le había metido un palo
En su vagina virginal.
Volando, escapó el criminal
Y, al poco tiempo, le apresaron
En un bar junto a la iglesia de San Esteban
Jugando con una maquinita infernal
Muriéndose de risa
Por haberle tocado
Una bolsa de gominolas para llevar
Con sabor original
Con la cara dura de decirle a la Policía:
Déjenme terminar la partida.
Aprésenme otro día
Que he matado lo que más quería.