PROSTITUCION...EL MUNDO AL REVES
PROSTITUCION
Prostitución…el mundo al revés

Amparo Mañes
Psicóloga por la Universitat de València. Feminista. Agenda del Feminismo: Abolición del género
31 de mayo de 2023

Con frecuencia hemos visto películas en las que aparecen sufragistas o feministas que son ridiculizadas por defender los derechos de las mujeres en general, y la abolición de la prostitución en particular.

Igualmente vemos a diario cómo se afirma que las feministas son retrógradas, moralistas y reaccionarias por reclamar la abolición de la más antigua explotación humana, la prostitución. Mientras que los puteros y quienes les defienden, se presentan como gente de vanguardia, moderna y transgresora.

En cuanto a cuál de ambas posiciones es retrógrada y cuál transgresora, me pregunto desde cuándo es más moderno defender la prostitución -la más antigua institución patriarcal- que defender su abolición. O desde cuándo es más más transgresor reforzar el sistema patriarcal que cuestionarlo.

La acusación de moralista o retrógrado formulada al Feminismo no es solo injusta. Es que es mentira. Porque fue el Feminismo el que reclamó la libertad sexual de las mujeres con la feroz oposición de los hombres; que incluso hoy, aún mantienen una doble moral sexual. Porque, sin dejar de aprovechar en su beneficio la libertad sexual de las mujeres, luego no tienen empacho en apartar a las «demasiado accesibles». Eso sí que es ser moralista o retrógrado.

Lo que no se puede, como hacen, es confundir la libertad sexual con la prostitución, en la que una mujer, forzada por su pobreza y vulnerabilidad, es el «objeto» de un auténtico acto de onanismo masculino en el que la excitación sexual se debe a haber erotizado el poder sobre una mujer que no está en condiciones de negarse.

Es especialmente asombroso que se juzgue como «reaccionario o rancio» defender el derecho de las mujeres a una vida digna y libre de violencia, mientras se pretende considerar de lo más moderno seguir oprimiendo a las mujeres por medio de una brutal violencia sexual. Salvo, claro está, que esa gente tan «vanguardista» considere, en el más puro estilo patriarcal, que las mujeres somos inferiores y que, de entre nosotras, hay quienes ni siquiera son sujetos de ese básico derecho humano.

Por otra parte, y dejando de lado el intento de demonizar el Feminismo por reclamar la abolición de la prostitución con esos argumentos falaces que acabamos de exponer, seguro que, hablando de las mujeres prostituidas, han oído decir que la prostitución es fruto de su libre elección y que las «empodera» mucho.

De nuevo se acude a una clamorosa falsedad. Porque la única persona libre ahí es el putero: es él quien fija cuándo, cómo y qué quiere… sin que, en la inmensa mayoría de los casos, la mujer pueda poner condición alguna. Es el putero el que tiene un poder al que, en cambio, la mujer prostituida se ve obligada a renunciar. Por eso, ese tipo que dice cínicamente que la prostitución empodera a la mujer prostituida, es el primero que, además de negarle a ella cualquier poder y de cosificarla despiadadamente, la considera basura social, y se mea en su cara (a veces, literalmente).

Parece claro que, en materia de prostitución, la estrategia que se sigue es invertir los términos: llamar antiguo a lo que es más nuevo, retrógrado a lo que es transgresor, libertad sexual a lo que es prisión y empoderante a aquello que despoja de todo el poder.

En fin, estoy convencida de que, en prostitución, la única basura anticuada, retrógrada y reaccionaria es la gente que la defiende. Especialmente, y dejando aparte a los proxenetas, que son delincuentes «oficiales», los puteros. Esos puteros a quienes, debiendo también ser considerados delincuentes, toda una Secretaria de Estado de (des)Igualdad llama clientes y les ofrece garantías de no ser -ni siquiera- multados, aunque violen a una mujer que no les desea, a la que le provocan náuseas y que se tiene que drogar para soportarlo, demostrando -en su máxima expresión- lo despreciable y patriarcal de la figura del consentimiento, esa novedosa manera de decir ¿susto o muerte?

Lo más grave es que Unidas Podemos no es el único partido que defiende a los «pobres puteros». Hay demasiados partidos políticos defensores de la prostitución, por acción o por omisión a derecha e izquierda del espectro político. Y por eso es necesario que se sepa que cualquier partido que no sitúe la abolición de la prostitución como una prioridad de su agenda, es cooperador necesario del mantenimiento de esta brutal institución patriarcal y pueden aplicarse, en lógica consecuencia, los calificativos de anticuados, retrógrados y reaccionarios. Que no nos cuenten milongas.

#AboliciónProstitución

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COMENTARIOS DE OSVALDO BUSCAYA

Es Delito de Lesa Humanidad el enriquecimiento en la gestión gubernativa de los “representantes”, el fraude sobre el Estado, el abuso sobre la niñez, la trata, el proxenetismo, el travestismo y sus consecuencias, como toda violencia de género.
“Las fuertes resistencias contra lo femenino no serían de índole intelectual, sino que proceden de fuentes afectivas; la irresoluble perversión no sublimada y ambigüedad sexual del varón que posee la decisión final en éste esquema, donde lo masculino sigue siendo la ley”. Osvaldo Buscaya

a) {Igualmente vemos a diario cómo se afirma que las feministas son retrógradas, moralistas y reaccionarias por reclamar la abolición de la más antigua explotación humana, la prostitución. Mientras que los puteros y quienes les defienden, se presentan como gente de vanguardia, moderna y transgresora.}

Pues, el acto de pensar del transexual ecuménico perverso varón, no sería otra cosa que la sustitución del deseo alucinatorio de su fálica superioridad. Resulta pues, perfectamente “lógico” esta modificación del proceso psíquico “acostumbrado” en la civilización patriarcal, durante milenios, que hace posible la “vitalidad” en una dirección ideológica de la moral, ética y valores que impone la irresoluble perversión y ambigüedad sexual del varón, como “puteros y quienes les defienden, que se presentan como gente de vanguardia, moderna y transgresora”.

b) {Lo que no se puede, como hacen, es confundir la libertad sexual con la prostitución, en la que una mujer, forzada por su pobreza y vulnerabilidad, es el «objeto» de un auténtico acto de onanismo masculino en el que la excitación sexual se debe a haber erotizado el poder sobre una mujer que no está en condiciones de negarse. Es especialmente asombroso que se juzgue como «reaccionario o rancio» defender el derecho de las mujeres a una vida digna y libre de violencia, mientras se pretende considerar de lo más moderno seguir oprimiendo a las mujeres por medio de una brutal violencia sexual. Salvo, claro está, que esa gente tan «vanguardista» considere, en el más puro estilo patriarcal, que las mujeres somos inferiores y que, de entre nosotras, hay quienes ni siquiera son sujetos de ese básico derecho humano.}

Pues, regular la prostitución, es nada más y nada menos que legitimar directamente y aceptar un modelo de relaciones asimétricas entre hombres y mujeres: sistema de subordinación y dominación de las mujeres, anulando la dura labor del feminismo de varios decenios, para mejorar la lucha contra la transexual ecuménica perversa civilización patriarcal. Legitimar la prostitución se convierte en un soporte más del transexual ecuménico perverso control patriarcal y de la sujeción sexual de las mujeres; efecto negativo sobre las mujeres y las niñas que están en la prostitución, y sobre el conjunto de las mujeres como grupo. La prostitución reafirma y consolida las transexuales ecuménicas perversas definiciones patriarcales sobre las mujeres, cuya función sería la de estar al servicio sexual de los hombres y así educar a nuestros hijos e hijas con mujeres tras los escaparates como mercancías como futuro laboral de nuestras hijas. El transexual ecuménico perverso patriarcado exige reglamentar la prostitución y así integrarla a la economía de mercado, siendo una alternativa aceptable para las mujeres: siendo ocioso remover las causas y las “costumbres” sociales que aceptan que las mujeres deben ser prostituidas, normalizando la prostitución para las pobres.

c) {De nuevo se acude a una clamorosa falsedad. Porque la única persona libre ahí es el putero: es él quien fija cuándo, cómo y qué quiere… sin que, en la inmensa mayoría de los casos, la mujer pueda poner condición alguna. Es el putero el que tiene un poder al que, en cambio, la mujer prostituida se ve obligada a renunciar. Por eso, ese tipo que dice cínicamente que la prostitución empodera a la mujer prostituida, es el primero que, además de negarle a ella cualquier poder y de cosificarla despiadadamente, la considera basura social, y se mea en su cara (a veces, literalmente).}

Pues, la libertad sexual del transexual ecuménico perverso varón le permite utilizar la prostitución en su ejercicio de poder y sumisión sobre la “cosa”, con la que no tienen que tener ninguna consideración al pagar, porqué está a su servicio, cómo objeto de su consumo. La ambigüedad sexual de la transexual ecuménica perversa civilización patriarcal en las relaciones “sociales y personales”, para no experimentar el perder poder, está imposibilitada de crear relaciones de reciprocidad y respeto. El transexual ecuménico perverso patriarcado en la prostitución, persigue una experiencia de total dominio y control. En realidad, el patriarcado perverso e irresoluble, padece severos y graves problemas con su sexualidad. La “pretensión” del transexual ecuménico perverso patriarcado se “enanca” en los argumentos de los “movimientos” igualitarios masculinos. Su finalidad se reconoce, para un psicoanalítico, en el sentido de condensar y desplazar la realidad de la irresoluble perversión del transexual ecuménico perverso varón haciéndolo no reconocible. La función de los “movimientos” igualitarios masculinos, es así ordenar los componentes del transexual ecuménico perverso patriarcado para formar una totalidad en su discurso impuesto, como dueño del lenguaje. Así se recibe la ley del transexual ecuménico perverso varón en esta especie de fachada, que de todos modos no cubre por completo el contenido, y sufre al mismo tiempo una primera interpretación provisional, que es apoyada por interrelaciones y ligeras variantes.

d) {Lo más grave es que Unidas Podemos no es el único partido que defiende a los «pobres puteros». Hay demasiados partidos políticos defensores de la prostitución, por acción o por omisión a derecha e izquierda del espectro político. Y por eso es necesario que se sepa que cualquier partido que no sitúe la abolición de la prostitución como una prioridad de su agenda, es cooperador necesario del mantenimiento de esta brutal institución patriarcal y pueden aplicarse, en lógica consecuencia, los calificativos de anticuados, retrógrados y reaccionarios. Que no nos cuenten milongas.}

Pues, esta elaboración del discurso transexual ecuménico perverso patriarcal, derivado, deja subsistir todos sus enigmas y arbitrariedades, y no proporciona más que una equivocada inteligencia de la irresoluble perversión del varón, siendo necesario prescindir de esta tentativa de interpretación de los “movimientos” igualitarios masculinos, que deja transparentar mejor que ninguna otra su motivación, que es el intento de que la ideología transexual ecuménica perversa patriarcal resulte comprensible para el objeto o “cosa”; mujer. El descubrimiento de esta motivación de la transexual ecuménica perversa civilización del varón, nos revela la procedencia de la actividad a que la misma da origen, la cual se conduce con el contenido de la Ley del varón dado y pretendido, como nuestra actividad psíquica “normal” que con cualquier contenido de una percepción que se sitúe ante ella “legalizaría” el abuso, la violación, la prostitución. Este dominio de la actividad psíquica acoge dicho contenido, empleando las determinantes representativas previas de la historia de la transexual ecuménica perversa civilización patriarcal y lo ordena ya, al percibirlo entre las hipótesis “comprensibles”. Más, al hacerlo así, el transexual ecuménico perverso patriarcado está falsificando los hechos cuando no puede situarlo al lado de algo conocido como la real situación de lo femenino. No es posible contemplar lo “extraño” del discurso de los “movimientos” igualitarios masculinos, sin falsear primero su percepción, situada al lado de algo que nos es conocido, como ser la condición esclava de la mujer.

Un penoso “conflicto” que la mujer padecería sería; ¿Cómo admitir que el patriarcado es el padre, el hermano, el compañero, el dirigente, el ecuménico, etc., y que en esta regla no habría excepción?
Señalo en mi Ciencia de lo femenino (Femeninologia) cuanto tenemos que aprender, sobre la estructura de la relación de la mujer con la verdad como causa, en la imposición del transexual ecuménico genocida perverso patriarcado incluso en las primeras decisiones de la simiesca horda primitiva.
El sentido y la verdad del feminismo (la mujer) es la derrota del varón; perverso irresoluble y ambiguo sexual
“El feminismo es única y absolutamente la mujer”
Un travesti o un trans; no es una mujer
El discurso de la acción femeninológica, de mi ciencia de lo femenino (Femeninologia), expone al varón frente a aquello que ha silenciado en el pasado; el fundamento agresivo que encubre con su hipócrita moral y ética patriarcal, que se demuestran insostenibles en el presente.
Buenos Aires
Argentina
2 de junio de 2023
Osvaldo V. Buscaya (1939)
Psicoanalítico (Freud)
*Femeninología
*Ciencia de lo femenino