LAPONIA
Sin ella me encuentro en un gran vacío.
Ella me dejaba extenderme
Sobre toda su carnal geografía.
Desde las orejas hasta el Chumino
Todo estaba a mi disposición
Dejándome rebuznar de gozo y de placer
Metida mi lengua en su Chumino
Que era demasiado larga
Pues se extendía hasta su propia lengua
Digna de una peculiar apología.
Yo no quería defraudar a Reno
El Asno de mi suegro
Con amplitud de ideas
Y hacerla todo el favor posible
Como a Laponia
La Burra de mi consuegro
Que rebosaba erudición asinina
Patentizando sus bellas cualidades
De hembra y jumenta
Que tanto merecía el aprecio de los hombres
Pues cuentan las crónicas veraces que
En las fiestas principales del pueblo
Antes y después de la velada musical
Todos los hombres en ella y con ella
Se congraciaban y gratificaban
Limitados a su Coño asnal.
Yo tuve por útil, conveniente y justo
Formar parte de esta caterva
De puteros de Laponia
Que por eso fue que me dejó ella.
-Bien te está, putero
Me decían todas las amigas de Lisboa
Por mancillar la sublime materia rebuznante
Que es el Chumino de las chicas.
Yo les contestaba:
-Me vi precisado a ello
Porque Laponia no tiene bultos ni agujeros
Tapados con paños y sedas
Y su Coño sobresale mucho más que el de ella.
-Tú eres un sinvergüenza
Concluían las portuguesas.
Ahora, en el corral de mi pueblo
Solo y sin arrancarme los pelos de las pelotas
Como antaño hacía
Ando a cuatro patas
Como un cuadrúpedo
Esperando en el sueño de mis siestas
Que venga Sancho Panza montado a lomos de don Quijote
Y se vean precisados de decirme:
-Oye, macho, que somos gays
Como lo son Rucio y Rocinante.
Pequeño es el campo
Donde podemos enseñorearnos
Porque hay mucho cristo fascista suelto.
En honor suyo
Y para desengaño de mis amigas las portuguesas
Ahora me voy detrás de los hombres
A rebuznar delante de ellos
Y por detrás.
-Daniel de Culla