Estimados lectores:
Si la justicia es la sublimación de los celos como afirmaba Freud, habría que cuestionar a los llamados revolucionarios de nuestra época, por haber puesto todas sus fuerzas al servicio del odio de clase, de la separación familiar y fraternal, agudizando con sus maniobras picarescas y sucias, las calamidades y la desesperación del prójimo. Los cubanos no están excluidos de tales sufrimientos; es más, el 85% de los ciudadanos de Cuba viven en una permanente agonía, el gobierno los pisotea como si fueran cucarachas (vale decir, que ahora se rumorea le darán de tomar al pueblo leche de cucaracha), los encarcelan a cumplir largas condenas, tan sólo por expresar su disconformidad con el gobierno, o cuando se manifiestan pacíficamente (ni siquiera esa indefensión) los salva de una brutal paliza y de los calabozos.
El miedo a expresar con sinceridad el pensamiento, ha ido empobreciendo la vida espiritual de aquellos que padecen esta denigrante cobardía. Desde el siglo pasado la revolución (convertida en dictadura revolucionaria) encabezada por Fidel Castro, dejó de ser una posibilidad estimulante y viable. Aunque esta dictadura insaciable, se haya mantenido largos años en el poder, eso de ninguna manera es indicativo de prosperidad y menos aún de la libertad (entendida ésta) como el derecho inalienable a expresar su opinión, disfrutar de su derechos que todos tenemos al nacer (¡no los da el Estado!) y resistir y combatir de la forma que estime conveniente, contra la constante opresión que asfixia a toda una sociedad, que sólo exige Libertad.
No podemos ser indiferente a la permanencia de Cuba en el Consejo de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, porque de ser así, estaríamos admitiendo el desparpajo y la apatía, en las instituciones que nos representan y nos protegen; de lo contrarios todo fuera permitido (hasta el crimen) y viviríamos en un mundo sin leyes, caótico, y posiblemente viéramos colgado en las iglesias, la horrible imagen del sañudo diablo, en el sitio correspondiente al Espíritu Santo...
Amigos y amigas, den un paso al frente y anímense a firmar, el miedo es la trampa que nos pone el ego. Hoy es Domingo de Resurrección y estamos celebrando la vida de Jesús.
Con paz y amor,
Rafael Bordao.