CENTRO CULTURAL SAN FRANCISCO SOLANO

¿ABYA YALA EN POS DE UNA NUEVA CIVILIZACIÓN?

3 septiembre, 2024 / Che vos quién sos?

Toda sociedad necesita contar con algún tipo de organización para permanecer en el tiempo. La complejidad de esta organización puede variar infinitamente; desde una simple conjunción de familias ligadas entre si para configurar un clan, hasta cientos de millones de personas, grupos y bienes, relacionados a través del ejercicio de roles económicos, sociales, políticos y culturales, preestablecidos y vinculados. Pero, por debajo de toda organización de la sociedad, cualquiera que ésta sea, existe un elemento mental que la sustenta: su núcleo lógico-significativo.

El núcleo lógico-significativo de una sociedad, es el conjunto de afirmaciones básicas que plantea lo que ella piensa y siente sobre sí misma y sobre el mundo que la rodea. Resume sus creencias y valores centrales, sobre el qué, el porqué y el para qué de dicha sociedad. De este núcleo lógico-significativo derivan los parámetros básicos a ser respetados por la organización de la sociedad, al mismo tiempo que le otorga un sentido general a las vidas de todos sus miembros.

Por ejemplo, un clan puede tener como su núcleo lógico-significativo una serie de postulaciones tales como: ser responsable de sostener y expandir su etnia, de conservar el valor del coraje como virtud esencial de la misma, de mantener la reproducción de tal tipo de ovejas y de asegurar el equilibrio entre pastizales, agua y animales. En el extremo opuesto, por poner otro ejemplo, la sociedad moderna tiene en su núcleo lógico-significativo afirmaciones tales como: que el progreso es el fin de la humanidad y su valor básico, que el crecimiento económico es central para lograrlo, que debe existir una organización política llamada Estado, para conducir administrativamente la sociedad y que cada integrante está destinado a progresar, es decir, a aumentar la cantidad de sus bienes y conocimientos.

La gran diferencia entre ambos ejemplos de núcleos lógico-significativos, muestra a las claras, la amplitud de divergencias posibles entre los credos de las distintas sociedades humanas. Naturalmente, también son distintas las organizaciones de las sociedades, a las que tales núcleos sustentan y unifican mentalmente. En el primer caso, siguiendo con los ejemplos, los transmisores de valores clánicos, los guerreros y los criadores de ovejas más avezados, serán los que ocupen los lugares preponderantes en esa sociedad, encabezando la estructura de poder del clan y su consiguiente organización. En el otro, son los poseedores de grandes capitales, los empresarios y los políticos, quienes se posicionan en ellos. Obviamente, las características de cada sociedad y su organización, serán el resultado de las decisiones que tomen e implementen estas diferentes estructuras de poder, en las circunstancias que les toquen enfrentar.

Ahora bien, tal como expuse en notas anteriores (1) la civilización moderna se encuentra en agonía y, consecuentemente, todas las sociedades configuradas según sus principios y pautas, están pasando por un estado crítico. Esto implica que tanto sus núcleos lógico-significativos, como sus estructuras de poder y sus parámetros organizativos, están en un momento de inestabilidad, debilidad y potencial desintegración.

Esta crisis civilizatoria no sucede por casualidad sino porque, como toda civilización, sigue un ciclo de nacimiento, apogeo y declinación; ciclo cuyas causas explico, detallada y ampliamente en la notas arriba mencionadas.

Pero los momentos de crisis civilizatorias son, a su vez – debido a los vacíos dejados por el debilitamiento de sus creencias, valores y pautas – las ocasiones en que se facilita el surgimiento de nuevas civilizaciones. Nuevas civilizaciones que, asumiendo los problemas derivados de la decadencia de las que las precedieron, proponen formas de ver y actuar en el mundo, radicalmente distintas a las existentes y conocidas.

Quizás el papel central que le toque jugar a nuestra Abya Yala a nivel mundial en los próximos decenios, sea el de plantear un núcleo lógico-significativo, estructuras de poder y formas organizativas de la sociedad, completamente diferentes a las de la civilización moderna. ¿Es eso posible? En las próximas notas intentaremos responder esta pregunta.

Lic. Carlos A. Wilkinson

(1) chevosquiensos.wordpress.com/2020/04/20/la-agonia-civilizatoria-i/ii

¿PORQUÉ ABYA YALA?

16 septiembre, 2024 / Che vos quién sos?

En la nota anterior decíamos que, quizás, el papel que le toque jugar en los próximos decenios a nuestra Abya Yala, a nivel mundial, sea el de plantear un núcleo lógico-significativo completamente diferente al de la civilización moderna. Es decir, el papel de gestar e impulsar una nueva civilización. ¿Porqué este rol le tocaría a Abya Yala, en lugar de a otro conjunto humano del planeta? Hay por lo menos tres razones para ello; analicémoslas una a una.

El primer hecho que diferencia claramente a nuestro subcontinente del resto de conjuntos humanos mundiales, es su juventud. Cuando nos referimos a ella, estamos haciendo alusión al relativamente corto tiempo de vida que tiene su población, desde el momento en que se configuró como tal. Ciertamente, si tomáramos la edad de los pueblos originarios en general y de aztecas, mayas e incas, en particular, obtendríamos edades mucho más avanzadas. Pero la transformación de la base poblacional subcontinental fue tan profunda a partir de la conquista, que no considerar el conjunto humano resultante de ella como aquel que corresponde tener en cuenta, resultaría un absurdo. De hecho, la inconmensurable disminución de población originaria, junto a la inmensa incorporación de población ibérica y africana, así como la incalculable reproducción entre ellas, hace que la edad correcta de la población que habita nuestro territorio, sea la medida desde el momento en que se concreta esa confluencia. La importancia de la edad de un conjunto social determinado, tiene que ver con la solidez y el arraigo de sus creencias y pautas. De hecho, las poblaciones milenarias conservan aquellas pautas y creencias básicas que las hacen, justamente, iguales a sí mismas a lo largo del tiempo. En tanto, las jóvenes no solo las modifican más fácilmente, sino que, al mismo tiempo, generan convicciones y normas de comportamiento nuevos, resultando sociedades altamente creativas. Esta disposición a la creatividad propia de nuestra juventud, es la primera razón por la cual Abya Yala tiene más probabilidad que otros conjuntos mundiales, de convertirse en gestadora de una nueva civilización.

El segundo hecho de significativa importancia, es la mezcla de etnias y culturas que se registró en el seno de esa población joven. Esta amalgama societal no sólo se dio entre los múltiples pueblos originarios – ya de por sí distintos – sino de estos con los pueblos ibéricos y la población africana que desembarcaron en estas tierras. A lo que se suma que, posteriormente y a lo largo de cinco siglos, Abya Yala recibió diversas poblaciones europeas, africanas y asiáticas en su seno. Si bien algunos miembros de los pueblos originarios y de los pueblos inmigrantes, se cerraron sobre ellos mismos, conservando sus maneras de pensar, sentir y actuar, la inmensa mayoría se fueron combinando e integrando entre sí, configurando aleaciones culturales de lo más diversas; muchas de ellas altamente originales. Se puede decir – como diría Scalabrini Ortiz de la Argentina – que en nuestro subcontinente, hubo pocas experiencias humanas del planeta, que no hayan volcado su aporte a la configuración cultural abyayálica. Tal variedad de aportes, a la vez que generó cierta dispersión cultural, le confirió una significativa variedad en las maneras de ver y actuar en el mundo. Esta riqueza de visiones, sentires y formas de comportarse frente al mundo, es la segunda razón, y de enorme importancia, por la cual Abya Yala tiene más probabilidad que otras sociedades planetarias, de convertirse en creadora de una nueva civilización.

Por último, el tercer factor fundamental, es el hecho de que Abya Yala está aún en proceso de configurar y consolidar su identidad. Es decir, que conforma un colectivo humano en plena dinámica formativa, lo que la coloca en una situación altamente favorable a la gestación de maneras de ver, pensar, sentir y actuar, novedosas. De hecho, muchos de los esfuerzos intelectuales y políticos que, desde hace algunos decenios se vienen desplegando en nuestro subcontinente, ponen de manifiesto claramente la generación de convicciones y acciones colectivas originales; tan diferentes a las de los pueblos nativos como a las de los occidentales y africanos, aunque con elementos de cada uno de ellos.

En síntesis, la juventud, la amalgama de elementos culturales diversos y el proceso formativo en marcha, señalan Abya Yala como el conjunto humano del planeta, con la más alta probabilidad de producir una nueva civilización. Civilización cuyos parámetros centrales analizaremos en próximas notas.

Lic. Carlos A. Wilkinson