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BAKUNESE

-A cabo de un rato, el Camposanto.

Esto me dice un amigo que ha perdido a su madre por culpa de la Pandemia Covid en una residencia de ancianos en Madrid, donde la gestión de la misma, y su cuidado de las personas mayores ha sido de traca como en todas las de la Comunidad.

-Y por lo que se ve, no vendrá un día en el que tengan que pagar los gobernantes del Ayuntamiento y de la Comunidad; no cumpliendo con el dicho de que “a cada puerco le llega su San Martín”.

Él me sigue diciendo:

-Además, unos enfermeros que fingían pena, para consolarme me decían con el cura delante:

-No tenga usted pena, porque se vaya su madre. Al fin cantará la gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; y le regalamos una losa para que la entierre de balde.

-Qué desastre, le contesté yo. El siguió:

-No sabes lo bueno que me ha hecho el leer a Bakunin durante todo este tiempo de Pandemia. “Bakúnese, que la vida le da” les decía yo tanto a hombres como mujeres. Estos libros de Bakunin deberían figurar en las asignaturas obligatorias de la educación primaria, secundaria y universitaria:

Educación integral”: Un ensayo clásico del año 1869 demandando la misma educación para todos sin reparar en las clases.

Dios y el Estado”: Una introducción al pensamiento anarquista; un manifiesto de ateísmo y una Suma de los pensamientos Bakunistas.

Marxismo, Libertad y Estado”!: Extractos de varios trabajos de Bakunin, incluyendo su controversia con Marx y la naturaleza y características del Estado.

-Qué interesante, amigo. Desde hoy, me voy a poner a leerles. Espero que me curen este resfriado que tengo.

-¡Sabes, amigo, que yendo a enterrar a mi madre, en el Cementerio de San Isidro, me encontré con una moza que fue novia tuya?

-¡No me digas¡

-Sí. Ella llevaba un cántaro de agua en la cabeza para regar las flores de la tumba de sus padres, y yo la losa a cuestas para tapar a mi madre, y los dos cantamos:

Días de desventura, aún no es mañana y ya es noche oscura”.

Aunque afuera lucía el sol, en el Cementerio era noche oscura.

-Amigo mío, le dije sonriendo, ¡Bakúnese, que la vida le da¡

-Daniel de Culla.

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