LA
RAZÓN- Lima, 19 de diciembre de 2024
CELEBRACIÓN NAVIDEÑA
Por Antero Flores-Araoz
Se
viene la Navidad, una de las más importantes festividades del
calendario litúrgico cristiano, que parecería ser que
muchos ni conocen o simplemente no recuerdan.
En efecto, durante
toda nuestra era cristiana, hemos festejado la Navidad, también
denominada la Natividad del Señor, que no es otra cosa que la
celebración del nacimiento humano de Jesús de Nazaret,
en Belén de Galilea. Para los cristianos es fiesta de guardar,
mientras que para muchísimos que no lo son, es festividad
mundana.
La festividad es para “adorar” al Señor,
venido al mundo en el vientre de la “Virgen María”
en un modestísimo pesebre de Belén, y en las viviendas
de los cristianos, para recordar dicha efeméride religiosa, se
reproducía el pesebre y a sus ocupantes.
Con el correr de
los siglos, la festividad religiosa se amplió a ser festividad
mundana, la que fue representada ya no por el pesebre al que se
denominó el “Nacimiento”, sino por Santa Claus o
Papá Noel que, en la noche del 24 de diciembre, supuestamente
bajaba de su trineo para depositar regalos a los niños. Esto
último fue complementado con el llamado “Árbol de
Navidad”, que se colocaba en calles y plazas, centros
comerciales, establecimientos religiosos, colegios y domicilios
particulares, adornado de guirnaldas, luces de colores, bombitas
navideñas y otros objetos.
También con el correr de
los tiempos, ya no solo los niños recibían
supuestamente los regalos navideños de Papá Noel o
Santa Claus, sino también las personas mayores, la parentela y
los ahijados por sus padrinos. Esto fue avanzando en el sentido de
que las empresas también regalaban en dicha festividad a sus
clientes y los centros comerciales se engalanaban esplendorosamente
para que la clientela adquiriera los artículos de su
comercio. Lo religioso fue complementado con lo mercantil,
incluso existiendo comercios que hacen su agosto en las Fiestas
Navideñas, lo que no tendría nada que criticarse, si es
que no sustituyera al original motivo de celebración, que como
repetimos es la Natividad del Señor.
Con esta reseña
no se pretende de modo alguno, dejar de lado ni a Papá Noel,
ni al árbol de Navidad, ni tampoco a los regalos, pues con
ellos se da un inmenso tráfico económico, que muchas
veces es bastante mayo que todo el resto del año, y de ello
viven millones de familias.
Lo que si se pretende, es recordar que
la Navidad es una fiesta religiosa y que los cristianos de las
diferentes Iglesias, deberíamos representarla en todos los
hogares con los “nacimientos”. Si además hay el
árbol navideño, pues en buena hora, si también
está la figura del Papá Noel regalón, tampoco
nos oponemos, pero lo que no puede faltar en los hogares cristianos
es el “Nacimiento”, que simboliza la “Natividad del
Señor Jesús”. No lo olvidemos, Jesús es la
figura central de la celebración navideña.