El jadeo de mis pulmones
se confunde con el verdor plomizo de la sabana.
El páramo respira como perro hambriento.
¿Duele mi añoranza?
¿Ennegrece tu recuerdo el aire tibio de la sabana…?
Los pedaleos no me llevarán lejos de esta efímera pereza.
Llegarán nuevas gentes a poblar con su añoranza el ruinoso lugar.
Ni siquiera un árbol donde guarecerse.
Ensucio mis pulmones con el verdor arrítmico de las mañanas.
La llanura jadea como perro ansioso.
Luego, previsores pedaleros cercenarán mi árbol.