Juntas y Juntos por un Chile diferente
Juntas y Juntos por un Chile diferente
ANAMURI
"Chile ha despertado para decir basta de injusticia
social, económica, cultural y política avalada por la Constitución
pinochetista que no puede continuar. Quienes hoy detentan el poder
económico y político siguen sin querer escuchar, creyendo que
cambiando y haciendo enroque de ministros más unas pocas
dádivas y algunas reasignaciones del dinero público nos van a
calmar. No pararemos hasta lograr los cambios de fondo que todos y
todas clamamos."
Después de más de 11 días de movilizaciones masivas en todo el
país, las más grandes de nuestra historia, Anamuri como parte del
anhelo generalizado por un vuelco necesario y urgente en la
conducción política del país, anhelo impulsado por los estudiantes
secundarios y expresado con mucha fuerza en los análisis y
consensos surgidos entre diversas organizaciones sociales y
Ciudadanía, en las miles y miles las reflexiones donde ha ido
expresando y tomando fuerza la demanda social, luego de años de no
ser escuchados y sólo recibir promesas no cumplidas crece el
descontento popular y se levanta con fuerza el profundo deseo de
construir un país y una sociedad distinta, con justicia social,
donde los derechos humanos se respeten, los recursos naturales y la
madre tierra se cuiden y se cautele su uso, donde
la solidaridad y la paz se construyan en base a la justicia y
dignidad que por años los estudiantes, las mujeres, las y los
trabajadores, las y los campesinos, los pueblos
originarios y los movimientos sociales y populares hemos venidos
reivindicado.
Chile ha despertado para decir basta de injusticia social,
económica, cultural y política avalada por la Constitución
pinochetista que no puede continuar. Quienes hoy detentan el poder
económico y político siguen sin querer escuchar, creyendo que
cambiando y haciendo enroque de ministros más unas pocas
dádivas y algunas reasignaciones del dinero público nos van a
calmar. No pararemos hasta lograr los cambios de fondo que todos y
todas clamamos.
El nuevo Chile que anhelamos requiere y necesita que el importante
y estratégico papel de la agricultura campesina y de los pueblos
originarios, la pesca artesanal y la recolección tanto de bosque
como de borde costero sea comprendido y resguardado. Las políticas
neoliberales han buscado destruirnos para convertir la alimentación
en un gran negocio, fomentando la agroexportación, y firmando
tratados de libre comercio que dan garantías al gran capital y
destruyen nuestra base alimentaria como país. En medio de un ataque
frontal, las familias campesinas hemos perseverado en mantenernos en
el campo tratando de producir de manera limpia, cuidando el agua, la
tierra y nuestras semillas, a pesar de que cada vez enfrentamos
más y más restricciones legales y administrativas, las que sin
lugar a dudas buscan ahogarnos para que abandonemos el campo y los
territorios o nos convirtamos en mano de obra barata para el
agronegocio.
Porque el bienestar de todo el pueblo depende del bienestar y
libertad de las comunidades y pueblos del campo a producir los
alimentos, resguardad la biodiversidad y culturas, sumamos a las
demandas que hoy surgen de todos los rincones del país y empiezan a
tomar forma en los cabildos locales, nuestras demandas más
específicas que nos garanticen nuestros derechos a vivir dignamente
en el campo como:
El recuperar la tierra para que esta cumpla con su función
social de producir los alimentos para el pueblo, garantizando
así la Soberanía Alimentaria y por ende el derecho a la
alimentación.
El Instalar la soberanía alimentaria como principio
constitucional, que garantice derecho a la tierra y el agua para
producir alimentos saludables, abundantes y accesibles para todas y
todos.
A establecer de manera urgente un plan nacional de producción de
alimentos que apoye la producción campesina y de pueblos
originarios, acabe con la carestía y los abusos de los grandes
poderes compradores, agroindustria y supermercados.
Promover las compras públicas a los mercados locales, ferias
libres y mercados campesinos.
Fin a la entrega de la educación técnica rural a los
latifundistas agrupados en la Sociedad Nacional de Agricultura.
Dar impulso a programas de formación al servicio de la
agricultura campesina e indígena.
Fin a los programas gubernamentales que nos atan de manos,
destruyen nuestras organizaciones y nos subordinan a las
empresas agroexportadoras, como los llamados “encadenamientos
productivos”, el “cooperativismo moderno” y los
“emprendimientos rurales”.
Establecer todos los apoyos administrativos, legales, económicos
y técnicos necesarios para transitar rápidamente a formas de
producción agroecológica, respetuosa de la Madre Naturaleza, de las
formas de producción campesinas e indígenas y de nuestras
identidades culturales.
Impulsar un nuevo proceso de Reforma Agraria Integral y Popular
que ponga la tierra al servicio de la alimentación y bienestar de
todo el pueblo de Chile. Reconocimiento constitucional del derecho de
los pueblos originarios a su territorio.
Derogar el Código de Agua y los derechos de propiedad
establecidos desde su implementación.
Garantizar el derecho al agua a toda la población.
Reunificar la propiedad de la tierra y el agua y garantizar el
agua para la producción campesina de alimentos.
Fin a la privatización del mar. Establecer programas inmediatos
de restricción a la pesca de arrastre, libertad a la pesca
artesanal.
Convertir la protección de la Madre Tierra en un deber ineludible
del Estado y las personas. Establecer programas urgentes de
protección de glaciares, cuerpos de agua, bosques y ecosistemas
naturales.
Derogación de toda Ley, norma o reglamento que privatice
las semillas o restrinja nuestro derecho a guardar, intercambiar,
producir y mejorar semillas libremente. Retiro de Chile del Convenio
UPOV.
Rechazo del CPTPP o TPP 11, porque es un tratado que le pondrá
tranca y candado a todas nuestras posibilidades de lograr los cambios
que anhelamos. Revisión de los efectos reales que han tenido los
tratados de libre comercio sobre nuestro país y reformulación o
derogación de ellos de acuerdo a las necesidades de
avance y desarrollo de todas y todos.
Defender la agricultura campesina e indígena es un derecho y
deber de todas y todos, es abrir un gran camino de esperanza a la
juventud en el renacer del campo, que es el renacer de
chile y del disfrute y bienestar del pueblo. Por eso la tierra debe
volver a manos de sus legítimos dueños los pueblos originarios y
los pueblos del campo, también el agua para renacer el campo y
por ende las antiguas chacras variadas y ricas en alimentación,
nuestros animalitos y aves de corral, bosques nativos,
las caletas de pescadores abundantes en alimento del mar.
Nuestro llamado es para que Juntas y Juntos garanticemos
la vida en paz, solidaridad y dignidad.
Santiago de Chile 29 de Octubre a 11 días del pueblo en lucha
.Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas, ANAMURI