29vo. Poema. Poemario Tiempos de Vivir.
A Valderrama
DESPERTAR
Al despertar cada día, en la madrugada
te veo pueblo mío, sufriendo casi siempre
las injusticias de una recesión despiadada,
que destroza tus entrañas como siempre.
Con los primeros rayos del sol caminan en tus calles
los niños desnutridos, deambulan como sonámbulos
los desocupados, se desplazan presurosos sin detalles,
buscando un pan para sus hijos, con qué alimentarlos.
La luz que reciben del sol reaniman a las gentes,
ya que sin desayuno están que se desploman,
pero tienen que continuar en busca de alimentos,
para dar de comer a sus hijos que los reclaman.
Están vestidos de harapos, ¡es tanta la miseria!
El lomo de cada habitante se va encorvando,
parecen bastones de paraguas allá en la feria,
con la cabeza ancha y el resto del cuerpo tullido.
Es que el hambre y la miseria son resultados,
de la avaricia de un puñado de capitalistas,
cual rapiñas mal venidas desde otros mundos,
saquean a nuestro pueblo, ¡pirañas malditas!
Mi corazón se estruja por estos acontecimientos,
con mi sangre hirviendo de ira cierro mi puño,
rabia mi ser y lanza suspiros mis sentimientos,
quiero hacer rugir a los harapientos cada año.
Busco una pala, un pico, un… ¡o tal vez un fusil!
para sacarle la mugre a los explotadores infames,
porque el jaleo de estos carajos no debe ser fácil,
tenemos que derrotarlos, no deben quedar impunes.
Hombres y mujeres buscamos nuestros caminos,
todos soltamos un suspiro como un escupitajo,
necesitamos buena dirección para levantarnos,
gritan, les respondo: ¡Hay que despertar carajo!
1995.