EN CAÑETE DE CUENCA
En Cañete de Cuenca, España
Que no de Chile o Perú
Ni Cañete la Real, en Málaga
O San Vicente de Cañete, en Ecuador
Pedro Valdivia
Se enamoró de una chica
Que tenía los ojos verde oliva.
-¿Cómo se llama la chica?
-Cornelia Saavedra
Hija mediana de Constancia Hurtado
Mujer hacendosa
Que fregaba, barría
E iba al río a lavar la ropa
Casi todos los días.
Allí, en sus aguas frías
Pedro Valdivia
Encontró a Cornelia Saavedra
Tirando piedras al agua
Por ver si daba a algún cangrejo
Que por allí se veían
Quedando cautivado
De la hermosura de la chica.
Entrando en conversación
Ella le dijo que el padre de su padre
Había luchado en los alrededores
Del Fuerte Tucapel, en Perú
Contra los araucanos y mapuches.
Que, cuando regresó a Cañete
Trajo consigo productos de su cocina
Como quínoa, maíz
Trigo, piñones, digüeñes
Papas, porotos y arvejas
De sabores puros
Cachos de cabra ahumado
Y semillas de cilantro.
También, un par de botellas de bebida
Tipo “chicha”
Que lleva trigo cocido, agua, levadura y azúcar.
Hablando y caminando a la orilla del río
Al llegar a un recoveco
Con alegría bastante
Los dos se abrazaron dándose un beso
Haciéndole a Pedro Valdivia
Ponérsele el amor erecto
Diciéndole él a Cornelia Savedra:
-Elevada la tengo hasta tu amor.
Cornelia Saavedra contestando:
-Pues hagamos una grande fiesta de amor
Con procesión completa.
Con una toallita refrescante
Con aroma de limón
Ella le limpió a él su eyaculación.
Toallita que él guarda
Con mucha devoción y amor
En un joyero musical con bailarina
Comprado en un mercadillo medieval
Que ella le regaló
Pues, en su casa, tenía dos.